¿Por qué engordamos?

¿Cuál es el mecanismo por el que el organismo almacena más grasa y engordamos?

La respuesta a esta pregunta la tenemos en que habitualmente nuestra dieta tiene un exceso de carbohidratos y además tiene carencias y déficits nutricionales. Estos dos factores (exceso de calorías y defecto de nutrientes) hacen que se acumule grasa. Por el exceso de calorías de los carbohidratos fundamentalmente a través de una serie de reacciones bioquímicas mediadas por hormonas anabólicas como la insulina se crean más depósitos de grasa.

Es decir, el exceso de carbohidratos que no se utilizan para la producción inmediata de energía, una vez llenados los depósitos de almacenamiento de estos (que son en el hígado y en los músculos en forma de glucógeno) se transforman en grasa.

El otro mecanismo es por déficit de nutrientes también va a provocar un aumento de grasa.

En este mecanismo es lo que nos vamos a centrar en este artículo.

 ¿En qué situaciones tenemos estos déficits de nutrientes?

La situaciones de déficits la podemos tener en múltiples causas como hacer dietas  hipocalóricas o dejar de comer, comer mal y a deshoras y ayunar demasiado a menudo; algunos problemas en que perdemos líquidos y sales como en los vómitos, diarreas, sudoración, orinar mucho; por aumento  del desgaste orgánico como en situaciones de estrés, por no descansar adecuadamente por tener insomnio o cuando se trasnocha muy frecuentemente, o por el ejercicio intenso; por aumento de las necesidades como el embarazo, en etapas de crecimiento, en muchas enfermedades, y por el ejercicio físico, en la convalescencia; y por muchos medicamentos que ocasionan secundariamente déficits o excesos.

Pero … ¿Por qué el organismo con carencia de nutrientes almacena grasa? 

El organismo interpreta todas estas situaciones como un estado de escasez de nutrientes, y pasa de un funcionamiento normal a un estado de alarma. Esto origina que se pasa de un estado de hambre normal a un estado de hambre incontrolable. Como respuesta el organismo empieza a almacenar todos los nutrientes que pueda.

Pongamos un ejemplo para entender esto. Que pasaría si al abrir el grifo para beber agua solo echara un chorrito pequeño y el problema persistiera varios días ¿que haríamos? En primer lugar abriríamos el grifo a tope para que cayera más agua. En segundo lugar ahorraríamos el consumo de agua para no desperdiciar la poca que llega, y por lo tanto gastaríamos la menos posible, y solo en lo más importante. Y en tercer lugar almacenaríamos agua en depósitos para usarla sólo cuando hiciera falta.

Antes situaciones de escasez de nutrientes (por el motivo que sea de los que hemos comentado antes) el organismo responde igual que en el ejemplo anterior.

En primer lugar se despierta el mecanismo del hambre para intentar que entren más nutrientes. Un inciso sobre este tema. El hambre aparece tanto por la escasez de los nutrientes como por el consumo de los carbohidratos. Cuanto más carbohidratos simples comas más hambre va a provocar. Si comes menos carbohidratos simples menos hambre. Estos es así. En cambio, los carbohidratos complejos además de darnos energía van a regular la absorción de grasas y azúcares. Estos son ricos en fibra y se encuentran en semillas, granos integrales, frutas y verduras, fundamentalmente. Un déficit de fibra en la dieta hace normalmente que la grasa y los azúcares se absorban más, mientras que un aporte adecuado de fibra 25-30gr/día consigue todo lo contrario. Aparte de todo esto, regula el tránsito intestinal y promueve una adecuada salud intestinal y de todo el organismo secundariamente.

Como hemos dicho antes con los carbohidratos, también el exceso de cualquier nutriente aislado te va a dar hambre también. El aumento de sal en la comida te va a dar sed y hambre. Por ello, hay que comer de forma equilibrada. O sea, que el hambre aparece tanto por un defecto como por un exceso del consumo de nutrientes.

En segundo lugar el organismo ahorra nutrientes o sea, trata de gastar menos. Intenta economizar y evitar la pérdida de los pocos nutrientes que tiene y destinarlo a los procesos más importantes y vitales, y lo que hace es que por medio de unos sistemas hormonales disminuye el metabolismo basal para gastar menos, y se produce entonces una disminución de la producción de energía y una disminución de la quema de grasa. Se pierde masa muscular y aunque puede perderse algo de peso por este motivo al principio, después la pérdida de la capacidad de quemar grasas provocará un aumento de volumen a expensas de esta, que se va a almacenar.

En tercer lugar, debido a lo anterior y también para evitar la pérdida de nutrientes se almacena grasa y agua, o sea que se empieza a retener líquidos y grasa. El organismo intenta retener los nutrientes y evitar su eliminación del organismo.

Todo ello favorece la obesidad. El resultado es un incremento del peso y de la grasa corporal. Si estos comportamientos se prolongan en el tiempo el incremento de grasa puede ser importante con el consiguiente riesgo de problemas y enfermedades.

¿Que hay que hacer entonces? ¿Cómo podemos evitar y revertir estos procesos de acumulación de grasa y retención de líquidos?

Lo primero es corregir las carencias de los nutrientes de la dieta mediante una alimentación correcta. Ingerir alimentos naturales, no procesados, frescos, y de temporada y a ser posible de producción cercana. Son los más densos en nutrientes. Si no es posible o los alimentos disponibles no son de alta calidad tenemos que recurrir a los suplementos nutricionales.

Lo segundo que hay que hacer pero no por ello menos importante es disminuir el consumo de carbohidratos simples (azúcares) en la dieta y aumentar el de las proteínas (sobre todo vegetales más que animales) y el de carbohidratos complejos, o sea, alimentos con fibra. Si no los tenemos disponibles o nos resulta difícil de cumplir hay que recurrir a los suplementos alimenticios.

Si se van a hacer comidas hipocalóricas es obligatorio suplementarse con fibra, vitaminas, omega3, minerales y oligoelementos al igual que en los estados de aumento de necesidades. Otros buenos hábitos alimenticios son el de eliminar excesos de algunos nutrientes y sustancias tóxicas (sal, alcohol, fármacos, hormonas, tabaco, contaminantes artificiales), hacer ejercicio diario que nos ayudará a quemar grasa y a tener mejor salud cardiovascular y por supuesto beber mucha agua.

Es necesario aprender la composición de los alimentos y saber lo que se come, y a distribuir los alimentos adecuadamente a lo largo del día en las proporciones adecuadas. Hay que aprender a leer etiquetas nutricionales y saber distinguir las trampas del marketing sobre lo «bajo en», «ecológico», «rico en», para así aprender a comprar alimentos adecuados y no lo que nos quieran vender.

Es también muy necesario buscar ayuda profesional o de asesores nutricionales que pueden orientarte y personalizarte las dietas y enseñarte a corregir los malos hábitos alimenticios. Entender todo esto hará que te mantengas siempre en tu peso, sano y saludable. Si quieres que te ayude a ello ponte en contacto conmigo a través de http://www.vidaenverde.es/herbamol

 

 

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