Desarrollo personal. Cambiar el autoconcepto

Para cambiar su vida debe cambiar antes su autoconcepto. El autoconcepto es la opinión que tenemos de nosotros mismos, o sea, todas aquellas ideas, hipótesis y creencias que tenemos de nosotros mismos, es decir, la forma en la que nos percibimos y consta de 3 componentes: el autoideal, la autoimagen y el amor propio.

El autoideal es la persona que le gustaría ser. Cuando uno quiere cambiar o mejorar su calidad de vida personal interna tiene que empezar con una meta. El autoideal es la parte fundamental de su personalidad y es una combinación de todas las cualidades de las personas que hemos conocido, admirado, estudiado o leído. El autoideal es una especie de modelo interno y al que tendemos a querer ser, a intentar parecernos a esas personas.

Pero hay una diferencia entre como nos vemos ahora o autoimagen y su autoideal. La distancia entre los dos produce un efecto enorme sobre su amor propio. Las personas que se perciben trabajando progresivamente para acercarse a su autoideal tiene un elevado amor propio e igualmente las que se perciben muy alejados de su autoideal tienen un bajo amor propio.

El punto de partida para el cambio es el cambio en el autoconcepto.  Para convertirse en una persona nueva debe percibir el cambio como deseable y necesario. El cambio sería entonces útil y es necesario para avanzar. Trabajando para logar su ideal puede convertirse en una persona mejor. El segundo paso sería empezar a pensar en uno mismo como el ideal que podría ser. Si quiere mejorar en un aspecto debe empezar a pensar que tiene ya esa característica y debe empezar a creérselo. Piense en alguien que tenga ese tipo de personalidad o característica y haga que le sirva de modelaje. Un modelo positivo hará maravillas por uno mismo. Empezará a convertirse en una persona diferente. El tercer paso será visualizar y crear una imagen mental clara de lo que quiere. El cerebro se activa con las imágenes mezcladas con la emoción, y el subconsciente no puede distinguir entre una experiencia real que le está sucediendo y una imaginada intensamente mezclada con la emoción. La clave es la creación de una imagen mental definida y ensayarla una y otra vez.

Puede utilizar este método de programación mental para cambiar cualquier tipo de temor, cualidad o hábito negativo o que queramos cambiar. El subconsciente obedece los mandatos de la mente consciente y podemos influir en nuestro subconsciente y programarlo con nuevas instrucciones para que seamos unas personas distintas. Sería como si nuestro cerebro fuera un ordenador y le actualizáramos el software con nuevas instrucciones para que después funcione automáticamente. Estas instrucciones hay que introducirlas en el subconsciente mediante la reprogramación mental.

La reprogramación se puede hacer con afirmaciones que nos repetimos continuamente en voz alta, o sea verbalizando, y si lo hace delante de un espejo mirándose a la cara mucho mejor. Recuerde que su lenguaje interno es el 80% de la comunicación diaria. Estas afirmaciones tienen que tener una serie de características como la de ser personales, positivas y estar en verbo presente. Por ejemplo, si queremos perder peso o dejar de fumar,  repítase «Yo quiero perder peso» o «Yo quiero dejar de fumar» a todas horas hasta que su mente subconsciente lo asimile, se imprima de esta afirmación. Hasta que su mente no quiera perder peso no lo trasladará al plano físico. Antes tiene que creérselo de verdad que puede y quiere hacerlo.

Y por supuesto, lo que haga debe ser consecuente con lo que se dice. Sus acciones deben ir encaminadas a lo que se repite continuamente. Tiene que asumir el papel, meterse en el personaje en el que se quiere convertir. Si usted se siente de un modo en particular sentirá unas emociones particulares y estas emociones le llevarán a unas acciones, y estas acciones a unos resultados. Actuamos de modo consecuente con nuestras sensaciones. Pero se sabe también que si uno actúa de manera que tuviera una sensación esta acción generará la emoción.

Es decir, que uno puede actuar para llegar a sentir. Puede representar la cualidad que quiere obtener, como si fuera un actor. Represente el papel. «Haga como si lo fuera hasta que lo sea».

El juego interno del triunfo se basa en imaginar y modelar a la persona a la que queremos parecernos, copiar sus técnicas, sus cualidades. Las claves para un cambio rápido de personalidad son la visualización, la afirmación positiva, la verbalización y la interpretación del personaje.

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