Dieta antiangiogénica: prevención del cáncer desde la alimentación

La angiogénesis es el proceso biológico mediante el cual se forman nuevos vasos sanguíneos a partir de los ya existentes. Aunque es un mecanismo natural y necesario para la cicatrización y el crecimiento, en el contexto del cáncer se convierte en un proceso problemático. Los tumores estimulan la angiogénesis para obtener el suministro de oxígeno y nutrientes que necesitan para crecer y diseminarse.

En este escenario surge el concepto de dieta antiangiogénica, una estrategia alimentaria orientada a incluir alimentos capaces de inhibir la formación excesiva de vasos sanguíneos, reduciendo así el riesgo de crecimiento tumoral y favoreciendo la prevención del cáncer.

Qué es la dieta antiangiogénica

La dieta antiangiogénica se basa en el consumo de alimentos ricos en compuestos bioactivos con capacidad para bloquear la angiogénesis descontrolada. Estos alimentos contienen antioxidantes, polifenoles, flavonoides y ácidos grasos que actúan sobre los mecanismos celulares y moleculares que regulan la formación de vasos sanguíneos.

No se trata de una dieta restrictiva, sino de un patrón de alimentación enfocado en la abundancia de frutas, verduras, especias, té, legumbres y pescado, reduciendo a la vez el consumo de ultraprocesados y grasas nocivas.

Alimentos con efecto antiangiogénico

Frutas y verduras

  • Tomates: ricos en licopeno, potente inhibidor de la angiogénesis.
  • Frutas rojas: fresas, arándanos, frambuesas y moras, ricas en antocianinas.
  • Uvas y granadas: aportan resveratrol y ácido elágico, con acción antiangiogénica.
  • Brócoli y coles de Bruselas: contienen sulforafano, con efecto protector.

Té y café

  • Té verde: sus catequinas, especialmente la EGCG, son reconocidas por inhibir la angiogénesis tumoral.
  • Café: en cantidades moderadas, puede contribuir gracias a sus polifenoles.

Especias y hierbas

  • Cúrcuma: la curcumina bloquea vías moleculares asociadas a la proliferación tumoral.
  • Ajo y cebolla: ricos en compuestos sulfurados que contribuyen a la inhibición angiogénica.

Pescados grasos

  • Salmón, caballa y sardina: aportan ácidos grasos omega-3, que reducen la inflamación y modulan la angiogénesis.

Legumbres y cereales integrales

  • Aportan fibra, fitoquímicos y antioxidantes que mejoran la salud metabólica y reducen factores de riesgo relacionados con el cáncer.

Beneficios adicionales de la dieta antiangiogénica

  • Prevención cardiovascular: mejora la salud de los vasos sanguíneos en general.
  • Reducción de la inflamación crónica: factor implicado en el desarrollo de cáncer y otras enfermedades.
  • Control del peso: los alimentos antiangiogénicos suelen ser bajos en calorías y ricos en nutrientes.
  • Refuerzo inmunitario: fortalecen las defensas naturales del organismo frente a células anómalas.

Recomendaciones prácticas

  1. Incluir una amplia variedad de frutas y verduras de colores intensos en la dieta diaria.
  2. Incorporar té verde o infusiones ricas en antioxidantes como parte de la rutina.
  3. Sustituir carnes procesadas por pescado azul al menos dos veces por semana.
  4. Usar especias como cúrcuma, jengibre y ajo en la cocina habitual.
  5. Reducir el consumo de azúcar refinada, grasas trans y ultraprocesados.

Conclusión

La dieta antiangiogénica se presenta como una estrategia nutricional prometedora en la prevención del cáncer y en la mejora de la salud global. Al incorporar alimentos que inhiben la angiogénesis patológica, no solo se reduce el riesgo de proliferación tumoral, sino que también se promueve un estilo de vida más saludable y protector frente a diversas enfermedades crónicas. La alimentación, lejos de ser un simple hábito, se convierte en una herramienta poderosa de prevención.

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