Hipertiroidismo y dieta: claves nutricionales para apoyar el tratamiento

Introducción

El hipertiroidismo es una alteración endocrina en la que la glándula tiroides produce un exceso de hormonas tiroideas (T3 y T4). Este desequilibrio acelera el metabolismo y provoca síntomas como pérdida de peso, nerviosismo, insomnio, palpitaciones, debilidad muscular y sudoración excesiva. Aunque el tratamiento médico es fundamental, la dieta puede jugar un papel complementario al contribuir al control de los síntomas, mejorar el estado nutricional y prevenir complicaciones.

Relación entre hipertiroidismo y nutrición

El exceso de hormonas tiroideas aumenta el gasto energético y acelera procesos metabólicos que afectan a la absorción y el aprovechamiento de nutrientes. Por ello, la alimentación debe adaptarse para compensar estas demandas y reducir los efectos secundarios de la enfermedad.

Ejes principales de la relación:

  • Metabolismo acelerado: puede provocar pérdida de peso y masa muscular.
  • Aumento del catabolismo óseo: favorece la aparición de osteoporosis.
  • Estrés oxidativo: mayor producción de radicales libres que dañan los tejidos.
  • Interacciones con yodo: el yodo es esencial para la síntesis de hormonas tiroideas y debe controlarse cuidadosamente.

    Nutrientes y recomendaciones dietéticas

    Energía y proteínas

    El incremento del metabolismo requiere un aporte energético adecuado. Se recomienda una dieta equilibrada con suficiente aporte de proteínas de calidad (huevos, pescado, legumbres, carnes magras) para prevenir la pérdida muscular.

    Calcio y vitamina D

    La pérdida ósea asociada al hipertiroidismo hace necesario priorizar alimentos ricos en calcio (lácteos, almendras, sésamo, verduras de hoja verde) y asegurar la exposición solar o suplementación de vitamina D, según indicación médica.

    Antioxidantes

    Frutas y verduras de colores variados, ricas en vitamina C, E y compuestos polifenólicos, ayudan a contrarrestar el estrés oxidativo.

    Alimentos con efecto calmante

    Infusiones de melisa, pasiflora o manzanilla pueden favorecer la relajación y el descanso, útiles en casos de ansiedad e insomnio.

    Control del yodo

    El exceso de yodo puede agravar el hipertiroidismo. Conviene moderar el consumo de algas, sal yodada y suplementos que lo contengan, salvo que el médico lo indique de manera específica.

    Alimentos a moderar o evitar

    • Algas marinas: muy ricas en yodo, especialmente el alga kombu o wakame.
    • Sal yodada y suplementos de yodo: solo bajo supervisión médica.
    • Cafeína y estimulantes: presentes en café, té negro, bebidas energéticas y refrescos, pueden intensificar la taquicardia y la ansiedad.
    • Ultraprocesados ricos en grasas trans: perjudiciales para la salud cardiovascular, ya de por sí comprometida en hipertiroidismo.

    Enfoque práctico

    El plan dietético debe adaptarse a cada persona, considerando su estado nutricional, el grado de hipertiroidismo y los tratamientos médicos en curso (antitiroideos, yodo radiactivo o cirugía). La intervención nutricional no sustituye al tratamiento endocrinológico, pero sí lo complementa eficazmente.

    Conclusión

    El hipertiroidismo es una patología compleja que requiere un abordaje integral. Una dieta equilibrada, rica en proteínas, calcio, vitamina D y antioxidantes, y con un control cuidadoso del yodo, puede mejorar la calidad de vida y ayudar a reducir el impacto de la enfermedad. La colaboración entre endocrinólogos y nutricionistas es clave para diseñar estrategias personalizadas y seguras que favorezcan la recuperación y el bienestar del paciente.

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