La naringenina de los cítricos y la salud hepática

Los cítricos son conocidos por su riqueza en vitamina C, antioxidantes y compuestos bioactivos. Entre ellos, destaca la naringenina, un flavonoide presente en frutas como el pomelo, la naranja y la mandarina. Este compuesto ha despertado gran interés científico por su papel protector en la salud hepática, especialmente frente a trastornos como la esteatosis hepática, la inflamación y el daño oxidativo.

Qué es la naringenina

La naringenina es un flavonoide de la familia de los flavanonas, caracterizado por su capacidad antioxidante y antiinflamatoria. Se encuentra en mayor concentración en el pomelo, aunque también está presente en otros cítricos y en el tomate. Su biodisponibilidad aumenta cuando se consume junto con la pulpa y la piel interna blanca de las frutas.

Funciones del hígado y su vulnerabilidad

El hígado es un órgano vital encargado de:

  • Filtrar toxinas y metabolizar fármacos.
  • Producir bilis para la digestión de grasas.
  • Regular el metabolismo de carbohidratos, proteínas y lípidos.
  • Almacenar vitaminas y minerales.

La exposición a dietas poco saludables, exceso de alcohol, medicamentos y contaminantes puede dañar este órgano y dar lugar a enfermedades hepáticas crónicas.

Beneficios de la naringenina en la salud hepática

Propiedades antioxidantes

La naringenina neutraliza radicales libres, reduciendo el estrés oxidativo que daña las células hepáticas.

Efecto antiinflamatorio

Disminuye la producción de citoquinas proinflamatorias, lo que protege al hígado frente a procesos inflamatorios crónicos.

Regulación del metabolismo lipídico

Diversos estudios muestran que la naringenina puede reducir la acumulación de grasa en el hígado, ayudando en la prevención de la esteatosis hepática no alcohólica.

Protección frente a tóxicos

Se ha observado que favorece la detoxificación y la protección hepática en casos de exposición a fármacos hepatotóxicos o alcohol.

Modulación de enzimas hepáticas

La naringenina mejora la actividad de enzimas implicadas en la reparación y el funcionamiento hepático, favoreciendo la regeneración del órgano.

Evidencia científica

Estudios en animales y ensayos clínicos preliminares sugieren que la naringenina podría desempeñar un papel importante en la prevención y tratamiento complementario de:

  • Esteatosis hepática.
  • Fibrosis hepática.
  • Daño hepático inducido por alcohol.
  • Alteraciones metabólicas vinculadas al hígado graso.

Aunque los resultados son prometedores, todavía se requiere más investigación clínica en humanos para confirmar su eficacia terapéutica.

Fuentes naturales de naringenina

  • Pomelo: la fuente más concentrada.
  • Naranja y mandarina: aportan cantidades moderadas.
  • Limón: especialmente en su piel.
  • Tomate y derivados: contienen niveles bajos, pero relevantes en una dieta variada.

Recomendaciones prácticas

  • Consumir cítricos frescos diariamente, preferiblemente con su pulpa y piel interna blanca.
  • Incorporar el pomelo y la naranja en desayunos, ensaladas o batidos.
  • Mantener una dieta equilibrada, evitando el exceso de grasas y azúcares que dañan el hígado.
  • Consultar con un profesional antes de aumentar significativamente la ingesta de pomelo, ya que puede interactuar con ciertos medicamentos.

Conclusión

La naringenina, presente en cítricos como el pomelo y la naranja, es un compuesto bioactivo con un gran potencial protector sobre la salud hepática. Sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y reguladoras del metabolismo la convierten en un aliado natural frente a enfermedades hepáticas. Incluir cítricos en la dieta diaria, en el marco de un estilo de vida saludable, representa una estrategia eficaz para cuidar el hígado y promover el bienestar general.

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