Yodo y salud reproductiva: más allá de la tiroides

El yodo es un mineral esencial conocido principalmente por su papel en la producción de hormonas tiroideas. Sin embargo, su función va mucho más allá, siendo clave en la salud reproductiva tanto en mujeres como en hombres. La deficiencia o el exceso de yodo afectan la fertilidad, el embarazo y el desarrollo fetal, así como la función reproductiva masculina. En este artículo analizamos el impacto del yodo en la salud reproductiva y cómo mantener niveles adecuados a través de la alimentación.


El papel esencial del yodo en el cuerpo

El yodo es indispensable para la síntesis de las hormonas tiroideas: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Estas hormonas regulan:

  • El metabolismo basal
  • La producción de energía
  • El desarrollo neurológico
  • La maduración de órganos reproductivos

Sin niveles adecuados de yodo, la tiroides no puede funcionar correctamente, generando alteraciones hormonales que impactan directamente la salud reproductiva.


Yodo y fertilidad femenina

La deficiencia de yodo puede provocar:

  • Hipotiroidismo subclínico o clínico: asociado a anovulación, ciclos menstruales irregulares y menor probabilidad de concepción.
  • Alteraciones en la fase lútea: deficiencia en progesterona, dificultando la implantación embrionaria.
  • Mayor riesgo de abortos espontáneos: por desequilibrios hormonales que afectan la viabilidad del embarazo.
  • Impacto en la fertilización in vitro (FIV): estudios han mostrado que mujeres con hipotiroidismo subclínico no tratado tienen menor tasa de éxito en FIV.

Yodo y embarazo

Durante el embarazo, la demanda de yodo aumenta un 50 % debido a:

  • Mayor producción de hormonas tiroideas maternas
  • Transferencia de yodo al feto para su desarrollo neurológico y tiroideo

Consecuencias de la deficiencia de yodo en el embarazo:

  • Hipotiroidismo materno, con aumento del riesgo de preeclampsia y parto prematuro
  • Retraso mental y físico en el bebé (cretinismo en casos severos)
  • Bajo coeficiente intelectual en niños, incluso con deficiencias leves de yodo durante la gestación

Por ello, la OMS recomienda una ingesta de 250 microgramos diarios de yodo en embarazadas y lactantes.


Yodo y fertilidad masculina

El yodo también es importante en los hombres:

  • La deficiencia de yodo afecta la función tiroidea, generando hipotiroidismo que reduce la testosterona total y libre.
  • Alteraciones en el metabolismo energético impactan en la producción y movilidad de espermatozoides.
  • Estudios en animales muestran que la deficiencia de yodo puede producir atrofia testicular y menor espermatogénesis.

Fuentes alimentarias de yodo

Para mantener niveles adecuados de yodo es fundamental una alimentación equilibrada:

  • Pescados y mariscos: las principales fuentes naturales, como bacalao, salmón y mejillones.
  • Algas marinas: muy ricas en yodo, aunque su consumo excesivo puede provocar hipertiroidismo.
  • Lácteos y huevos: contienen yodo, especialmente si los animales han recibido pienso suplementado.
  • Sal yodada: la estrategia más extendida para prevenir la deficiencia de yodo a nivel poblacional.

Precauciones con el yodo

Tanto la deficiencia como el exceso de yodo pueden alterar la función tiroidea. Un consumo excesivo, especialmente mediante suplementos o algas marinas con alto contenido, puede producir hipertiroidismo o tiroiditis autoinmune en personas predispuestas.

Antes de suplementar, es recomendable:

  • Evaluar la ingesta dietética habitual
  • Consultar con un profesional de la salud, especialmente en casos de trastornos tiroideos previos

Conclusión

El yodo es un mineral indispensable no solo para la tiroides, sino para toda la salud reproductiva. Su papel en la fertilidad, el embarazo y la función reproductiva masculina destaca la importancia de mantener niveles adecuados a través de una alimentación equilibrada. Cuidar la ingesta de yodo es una estrategia fundamental para la salud hormonal, la concepción y el desarrollo saludable de las futuras generaciones.

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