Para tener huesos sanos y para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis es necesario hacer ejercicio y no solamente mejora la salud de los huesos, sino que también aumenta la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio y en general contribuye a mejorar la salud.
Hay que hacer ejercicio porque los huesos y los músculos son tejidos vivos que responden al ejercicio y se fortalecen con éste. En general, las personas que hacen ejercicio con regularidad alcanzan una mayor densidad ósea (el nivel más alto de consistencia y fuerza de los huesos) que los que no hacen ejercicio. La mayoría de las personas alcanzan el punto máximo de densidad ósea entre los 20 y los 30 años de edad y a partir de esa edad generalmente la densidad ósea empieza a disminuir. Se puede ayudar a prevenir la pérdida ósea haciendo ejercicio con frecuencia que además nos permite mantener la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio, lo que a su vez ayuda a prevenir las caídas y las fracturas. Esto es especialmente importante para los adultos de edad avanzada y para las personas que han sido diagnosticadas con osteoporosis.
Para fortalecer los huesos los mejores ejercicios son los que requiere sostener el propio peso y hace que uno se esfuerce a trabajar en contra de la gravedad. Ejemplos de estos ejercicios son: levantar pesas, caminar, hacer senderismo, correr, subir escaleras, jugar tenis y bailar. En contraste, los ejercicios que no requieren sostener el propio peso son nadar y montar en bicicleta. Aun cuando estos ejercicios ayudan a fortalecer y a mantener fuertes los músculos y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, no son los más eficaces para fortalecer los huesos.
Si tiene problemas de salud, como problemas cardíacos, tensión arterial alta, diabetes u obesidad, o si tiene 40 años de edad o más, consulte con el médico antes de comenzar a hacer ejercicio con regularidad y que tipo de ejercicio es más recomendable para usted. Lo ideal sería hacer ejercicio durante por lo menos 30 minutos todos los días.
Si tiene una densidad ósea baja, es mejor proteger la columna y evitar los ejercicios o actividades que causen flexión o torsión de la espalda. Y debe evitar hacer ejercicios de mucho impacto para reducir el riesgo de fracturarse un hueso. También puede consultar con un entrenador personal para que le enseñe a progresar debidamente en sus actividades, a estirar y fortalecer los músculos de una manera segura, y a corregir los malos hábitos de postura.
Recuerde que hacer ejercicio es sólo una parte de un régimen para la prevención o el tratamiento de la osteoporosis. Al igual que una alimentación rica en calcio y vitamina D, hacer ejercicio ayuda a fortalecer los huesos a cualquier edad. Pero es posible que la buena alimentación y el ejercicio no sean suficientes para detener la pérdida de la densidad ósea cuando está ocasionada por algunos problemas médicos, por la menopausia o ciertos hábitos como son el uso de tabaco y el consumo excesivo de alcohol.
Por eso es importante que hable con su médico sobre la salud de sus huesos. Pregúntele si debe hacerse una densitometría ósea y si muestra una densidad ósea baja, probablemente necesitará además medicamentos que podrían ayudarle a mantener los huesos sanos y combatir la osteoporosis.
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