Libertad financiera. Uso de tarjetas

Las tarjetas son un medio de pago que permite comprar sin dinero en efectivo y posibilita diferir el pago de las compras. La ventaja es que permiten disponer de dinero a veces incluso aunque la cuenta no tenga fondos. Es una forma muy extendida, flexible y cómoda de pago aunque también muy peligrosa. Se suele usar como método de financiación a corto plazo.

Existen muchas modalidades de tarjetas. Las tarjetas de débito son las que permiten el cargo o la disposición de dinero inmediatamente en la cuenta de la tarjeta. No permiten disponer de fondos si no hay en la cuenta. Las tarjetas de crédito tienen un límite pactado y los adeudos se pagan a plazos o en pago único. Permiten disponer de dinero aunque no haya fondos en la cuenta. Las tarjetas de compra son tarjetas de cargo diferido que se liquidan generalmente de periodicidad mensual. Permiten financiar compras y diferir los pagos. Las tarjetas revolving son un tipo de tarjeta similares a las tarjetas de crédito tradicional pero que permiten el pago aplazado mediante un porcentaje del crédito concedido o cuotas fijas, actuando a forma de préstamos. El saldo pendiente de pago suele tener intereses muy altos conviertiéndose en préstamos muy caros (TAE superiores al 20%)

En el contrato de la tarjeta vienen especificados las condiciones financieras de ésta como el tipo de interés nominal (T.I.N.), la tasa anual equivalente (T.A.E.), los recargos por aplazamiento, comisiones aplicables, por disposición de efectivo. de emisión, renovación, mantenimiento y demás.

Un consejo para evitar endeudarse con las tarjetas de crédito es pagar siempre en efectivo. Es más incómodo y duele más al bolsillo. Así se evita usar el dinero de plástico. Antes de contratar cualquier tipo de tarjeta deberíamos hacer un estudio previo y de las diferentes alternativas que ofrece el mercado, y se minimizan así los problemas. La entidad financiera está obligada a entregarnos un borrador del contrato que deberíamos leer con calma, y nunca solicitar el plástico al momento. Hay que estar pendiente al cobro de comisiones y gastos que la tarjeta nos puede ocasionar.

Respecto a las tarjetas revolving, cuando aplazamos a varios meses la amortización de la deuda, pagamos un coste financiero muy alto al banco. La regla general es pagar en el mínimo de meses posible, lo que supone establecer una cuota mensual lo más alta asumible. Imaginemos que hemos pagado a crédito 3.000 euros en una tarjeta con un tipo de interés anual nominal del 19%. Si establecemos una cuota de 530 euros, devolveremos la deuda en 6 meses y acabaremos pagando casi 170 euros en intereses. ¿Qué ocurre si decido pagar una cuota más pequeña, por ejemplo de 110 euros al mes? Que la deuda de 3.000 euros tardará tres años en amortizarse, pagando 3.960 euros solo de intereses (6.960 euros en total). Incluso, si se fijara una mensualidad demasiado baja, se podría dar el caso de no cancelar deuda, sino aumentarla. Así, si fijáramos una cuota de 50 euros no se amortizaría jamás la deuda, ya que solo abonaríamos intereses. Por debajo de esta cantidad, los 3.000 euros se incrementarían día a día. La entidad de crédito está obligada a informar adecuadamente al cliente de esta realidad financiera.

¿Cómo eliminar la deuda de tarjetas de crédito?

Lo primero es no usar más las tarjetas. Rómpelas y cancélalas. Identifica primero la que tenga TAE más alto y a igualdad de TAE después la que tenga menos capital a amortizar. Destina la máxima cantidad de dinero que puedas cada mes a amortizar esta tarjeta para que en los menos meses posibles que tu capacidad de ahorro te permita puedas dejarla liquidada. Si tienes otra tarjeta de crédito ahora le toca a esta y destina al pago la cantidad que antes utilizabas para amortizar la tarjeta que liquidaste más la cantidad que utilizabas para pagar esta. Y así hasta que se liquide. Y después vamos a por la siguiente deuda siempre en orden decreciente de TAE. Con este sistema conseguirás liquidar todas tus deudas.

Y recuerda que la tarjeta de crédito es un instrumento de sobreendeudamiento masivo si no se usa con prudencia y cabeza. No es un buen método de financiación y hay que saber utilizarlas para no caer en el abismo financiero.

Te recomiendo las siguientes lecturas para saber más: «Los secretos de la mente millonaria» de T. Harv Eker, y «El código del dinero: conquista tu libertad financiera» de Raimon Samsó.

 

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