La resiliencia es la capacidad que tenemos los seres humanos para adaptarnos positivamente a las situaciones adversas. En el transcurso de la vida se van sucediendo diversas situaciones que pueden cambiarla drásticamente y que aumentan el estado de tensión y las personas se pueden adaptar a estar circunstancias.
Es importante haber desarrollado resiliencia. Ésta se aprende en un proceso que requiere tiempo y esfuerzo y que compromete a las personas a tomar una serie de pasos e incluyen conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona. La resiliencia no solo se desarrolla a través de las experiencias negativas. También se puede cultivar poniéndose en situaciones desafiantes y saliendo frecuentemente de la zona de confort.
Las personas con resiliencia desarrollan una serie de características que les hacen poder superar todos estos momentos difíciles.
Son personas que desarrollan destrezas en la comunicación y en la solución de problemas. Saben identificar los pasos necesarios para alcanzar los resultados que se desean. Son tenaces en sus propósitos y saben visualizar lo que quieren. Tienen la capacidad de ponerse metas y planes realistas y siguen los pasos necesarios para llevarlos a cabo y conseguir sus propósitos.
Aunque son conscientes de sus limitaciones y potencilidades asumen estas dificultades como una oportunidad para aprender. Confían en sus capacidades y son creativas.
Son personas positivas. Tienen una conciencia plena y ven la la vida con objetividad, pero siempre a través de un filtro de optimisto. También se suelen rodear de personas que también tienen una actitud positiva. Son personas que confian en sus fortalezas y en sus habilidades.
Cuando ocurren las adversidades no intentan controlar las situaciones sobre las que no tenemos control alguno sino que aceptan las circunstancias que no se pueden cambiar. Son personas que actúan para adaptarse a las situaciones y son flexibles ante los cambios ya que aceptan que el cambio es parte de la vida.
Otra característica de estas personas es es que afrontan las adversidades con humor. Son capaces de ver las crisis como obstáculos superables y cambiar la manera como se interpreta y se reacciona ante ellos. Tienen una capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes, una inteligencia emocional desarrollada.
Suelen buscar la ayuda de los demás y el apoyo social mediante relaciones de cariño y apoyo, tanto dentro y fuera de la familia. Buscan relaciones que emanan amor y confianza, que proveen modelos a seguir, que ofrecen estímulos y seguridad, y que contribuyen a afirmar la resiliencia de la persona.
Por todo ello, estas capacidades que las pueden desarrollar cualquier persona, las hacen más fuertes ante los problemas. Les hacen desarrollar un músculo emocional, el cual puede fortalecerse en cualquier momento.
Y recuerda que no hay nadie menos afortunado que la persona a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba. Las dificultades están hechas para estimular y no para quitar el ánimo. Solo se crece ante la adversidad. Abraza el reto con inteligencia.