Tener el colesterol elevado puede aumentar el riesgo de padecer un infarto y/o un accidente cerebrovascular. Por ello es importante controlar el nivel de colesterol regularmente visitando a su médico que le hará un análisis de sangre con un perfil lipídico en ayunas para medir sus niveles de colesterol y que evalúa también los tipos de grasas en la sangre. El análisis le muestra resultados del colesterol total, el colesterol LDL (malo) y el colesterol HDL (bueno) y los triglicéridos (grasas en la sangre).
Tener un nivel de HDLc elevado puede disminuir su riesgo de ataque al corazón y cerebral. El HDLc lleva el colesterol de las arterias de regreso al hígado. Allí, se procesa para que el exceso sea eliminado del cuerpo. El HDLc también puede eliminar el colesterol de las placas en las arterias. El LDLc es usado por los tejidos del cuerpo usan una parte de este colesterol para crear células pero cuando se tiene demasiado LDL puede acumularse dentro de las arterias y junto con otras sustancias puede formar placas que estrechan las arterias y reducen el flujo de sangre. Esto es lo que se conoce como aterosclerosis. Los triglicéridos son el tipo más común de grasa en el cuerpo y son una fuente importante de energía. Se producen en el cuerpo y en los alimentos. A medida que las personas envejecen, suben de peso o ambos, sus niveles de colesterol y triglicéridos tienden a elevarse.
Actualmente las indicaciones actuales de prevención recomiendan un tratamiento que va más allá de los niveles de colesterol y considera la evaluación del riesgo en general mediante el control de 5 puntos claves.
Estos cinco puntos claves que hay que controlar son el colesterol total, el HDLc, la presión arterial, la glucemia basal (azúcar en ayunas en la sangre) y el índice de masa corporal (IMC), que podrán determinar su riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular causada por la aterosclerosis que incluye la angina de pecho (dolor en el pecho), el ataque al corazón, el ataque cerebral (causado por coágulos de sangre) y la enfermedad arterial periférica.
Los valores ideales para todos los resultados sobre su colesterol dependen de si presenta enfermedades del corazón, diabetes u otros factores de riesgo.
Los valores ideales para la mayoría de los adultos son:
Colesterol total (180-200 mg/dL)
Colesterol HDL (>40 mg/dL)
Presión arterial (< de 120/80 mm Hg)
Azúcar en la sangre en ayunas (< 100 mg/dL)
Índice de masa corporal (IMC) (< 25 kg/m2)
El LDLc debe ser < 190 mg/dL. Y en caso de diabetes o enfermedades cardíacas deben ser incluso menores (entre 79-189 mg/dL).
Es recomendable que se haga pruebas de colesterol si padece enfermedades como diabetes, enfermedades cardíacas o antecedentes familiares de ellas, ictus, tensión arterial alta. El seguimiento podría hacerse cada cinco años si los resultados fueron normales o más frecuentemente en el caso de personas con las enfermedades antes citadas.
Para prevenir la hipercolesterolemia es necesario tener una alimentación equilibrada y sin grasas saturadas. La dieta mediterránea es la idónea porque su aporte de grasas proviene fundamentalmente de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados presentes en el pescado y los aceites de oliva y de semillas. También es importante el consumo de vegetales, legumbres, cereales, hortalizas y frutas. Puede complementar esta alimentación con suplementos nutricionales con omega 3 y betaglucano de avena.
Hacer un programa de ejercicio aeróbico (caminar, carrera suave, ciclismo, natación…), a intensidad moderada (65-70 por ciento de frecuencia cardiaca máxima) y desarrollado de manera regular (tres a cinco sesiones por semana), aumenta el HDL (colesterol bueno) y reduce el LDL (colesterol malo) y los niveles de triglicéridos.
Si padece otros tipos de hipercolesterolemia o no bajan lo suficiente su médico le prescribirá medicamentos (estatinas) para reducir los niveles pero los hábitos de alimentación y ejercicio son recomendables siempre.
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